Angèlica Giralt Psicòloga Clínica i psicoterapeuta

En que te puedo ser útil

Pablo d’Ors dice que somos “incapaces de aguantarnos nuestra mirada”.

El proceso de psicoterapia es un viaje a nuestro interior. En un espacio de absoluta seguridad, respeto y no juicio, indagamos qué aspectos están impidiendo que nos sintamos conectados o conectadas a lo mejor de uno mismo. Al ritmo que nuestro sistema nos permite, vamos sacando capas, escuchándolas y dando la opción a su transformación.

El reto de una psicoterapia profunda está en ser capaces de mirar hacia nuestro interior y atender. Y querer tanto nuestra fragilidad como nuestros dones. En esta mirada amorosa hacia nosotros mismos y en la conciencia es donde hay la sanación.

.

Actualmente, desde las neurociencias, conocemos cada vez más el cerebro humano. Sabemos qué efecto tiene el trauma en nosotros, ya sea un trauma puntual, ya sea haber permanecido por tiempo prolongado expuestos a carencias, negligencias o maltratos.

La suma de los conocimientos de la neurociencia y de las terapias psicológicas nos aportan técnicas (como el Brainspotting) cada vez más cuidadosas, más finas, que nos permiten acceder a memorias no narradas, que residen en el cerebro subcortical, de forma que podemos integrar la información inconsciente a la consciente, y sanar el trauma.

El ser humano está preparado para convivir con las pérdidas. Desde que nacemos, empezamos a perder.

El proceso que vivimos después de una pérdida (sea una muerte, una separación, una pérdida de trabajo o de una amistad, una pérdida material…) es el llamado proceso de duelo. Es un proceso natural y adaptativo. Ante una pérdida, pasamos por él.

Al mismo tiempo, la forma de entender la vida y la muerte en el mundo occidental no nos ayuda, más bien al contrario, nos impide hacer este camino y vivirlo con naturalidad. Se han perdido rituales que permitían recibir el apoyo de la comunidad, por ejemplo. Hoy, la consigna es recuperarnos rápido, salir pronto del dolor, y silenciar y no mostrar las emociones generadas por la pérdida.

La mayoría de personas hacemos duelos que denominamos normales.  Aun así, por lo antes mencionado, a menudo podemos necesitar un espacio para compartir y elaborar el significado de nuestra pérdida. En este caso, lo que te puedo ofrecer, es acompañarte en tu proceso.

En ocasiones, y por muchos motivos, el proceso de duelo se puede prolongar en exceso en el tiempo. El proceso se vuelve más intenso de la cuenta y se alarga. Se encalla en alguna de las tareas del duelo, no avanzamos y aparecen síntomas clínicos que ponen en peligro nuestra estabilidad física y emocional. En estas circunstancias, hay que pedir ayuda para evitar que el cuadro clínico evolucione y sobre todo, para desencallar el proceso de duelo y volver a conectar con el bienestar y la vida.

Te puedo acompañar en el duelo normal, y te puedo ayudar en el supuesto de que detectamos que el duelo es prolongado.

La vida es dinámica y, a menudo, nos obliga a revisarnos. Vivimos experiencias que hacen tambalear nuestras bases y nuestros valores.  Es el momento de pararnos y revisar, para poder continuar viviendo.

Otras veces, se despierta nuestra curiosidad y necesitamos indagar en nosotros y evolucionar.

En ambos “viajes” puedo estar contigo.

Trastornos de ansiedad (crisis de pánico, fobias, ansiedad generalizada…), trastorno obsesivo compulsivo-TOC, trastornos afectivos (depresión, melancolía…), trastornos adaptativos, trastornos de personalidad, insomnio, estrés, trastornos alimentarios, autoestima, comunicación…

Métodos y enfoques